martes, 19 de junio de 2007

La equinoterapia para recuperarnos


El hombre y el caballo han estado unidos a lo largo de la historia. Ha luchado en batallas con ellos y le ha ayudado a labrar la tierra.
El caballo, amigo incondicional, inteligente, incansable, cariñoso y fuerte. Hombre y
caballo, un solo corazón. La equinoterapia es una disciplina multidisciplinaria que utiliza al caballo como co-terapeuta aplicando técnicas ecuestres.

Historia

Hipócrates, el padre de la medicina moderna, en su libro “Las Dietas” ya hablaba del
ritmo saludable del caballo para la cura de diferentes enfermedades. Thomas Sydenham (1624-1689), en su “Tratado Sobre la Gota”, también recomendaba practicar asiduamente el deporte ecuestre: “La mejor cosa que he conocido para fortificar y reanimar la sangre y la mente es montar diariamente y hacer largos paseos al aire libre”.
Galeno (130-199 d.C.), consolidador y divulgador de los conocimientos de la medicina
occidental, médico personal del Emperador Marco Aurelio (que era un poco lento en sus
decisiones) recomendaba la práctica de la equitación como una manera de que Marco se
desempeñara con mayor rapidez.
El neurólogo francés L. Chassaignac descubrió en 1875 que un caballo en acción mejoraba el equilibrio, el movimiento articular y el control muscular de sus pacientes.
Sus experiencias le convencieron de que montar a caballo, mejoraba el estado de ánimo y que era particularmente beneficioso para parapléjicos y pacientes con otros trastornos neurológicos.

Clasificación de la equinoterapia

En el Congreso Internacional de la Federation of Riding for the Disabled International (F.R.D.I), efectuado en 1988 en Toronto (Canadá) se dividió la equinoterapia en tres áreas: hipoterapia, montoterapéutica y equitación deportiva.
La hipoterapia atiende las disfunciones neuromotoras, sea cual sea su origen. Para que la hipoterapia sea utilizada como herramienta terapéutica debemos tener en claro las precauciones y las contraindicaciones ortopédicas, neurológicas, y
psicológicas. Siempre se debe tener en cuenta la relación riesgos-beneficios, y si los primeros superan a los segundos está contraindicada la actividad.
La montoterapéutica se dirige al área de lo conductual. Es decir, cuando el jinete tiene que realizar algún tipo de acción por sí mismo. Esta categoría atiende el autismo y los problemas de desarrollo evolutivo.
Por último la equitación deportiva, la práctica de la equitación como deporte por parte de personas con discapacidades.

Efectos terapéuticos de la equinoterapia


Neuromotores:
·Mejora el equilibrio.
·Mejora la postura.
·Regula el tono muscular.
·Mejora de la coordinación motriz.
·Disminuye la espasticidad.
·Inhibe los reflejos tónicos y movimientos asociados.

Psicológicos:
·Logra una sensación de bienestar general.
·Mejora la autoconfianza.
·Mejora el autoestima.
·Desarrolla la paciencia.
·Disminuye temores.
·Logra autocontrol y autodisciplina.
·Disminuye la ansiedad y combate la depresión.

Sociales:
·Desarrolla la comunicación análoga y verbal.
·Desarrolla la amistad, respeto y responsabilidad al cuidar su caballo.
·Recibe experiencias de vida gratificantes.
·Brinda conocimiento y herramientas laborales.

Funcionales:
·Produce endorfinas y minimiza la generación de arcanos, lo que favorece la sinapsis
neuronal, permite que el cerebro identifique: músculos, miembros, órganos, etc.
·Logra la estimulación de la peristalsis y de los sistemas circulatorio y respiratorio.
·Aumento de la captación de estímulos al estar en movimiento.

Psicomotores:
·Estabilización de tronco y cabeza.
·Desarrolla el equilibrio horizontal y vertical.
·Aumenta la coordinación psicomotriz gruesa y fina.
·Desarrolla la lateralidad.
·Incrementa la agilidad y fuerza muscular mejora el esquema corporal.

Educativos:
·Aumenta la capacidad atencional.
·Aprende conceptos matemáticos básicos.
·Realiza aprestamiento para la lecto-escritura.
·Trabaja secuencias y patrones.
·Mejora la coordinación.

- Alma Mª Morote

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